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La victoria del Grupo Damm en la junta de accionistas de Pescanova es solo el principio

El pasado jueves, el Grupo Damm se hizo con el control de la empresa Pescanova gracias al 71% de los votos en la junta de accionistas. Sin embargo, éste es solo el primer paso hacia la recuperación de la multinacional gallega, que se encuentra inmersa en un procedimiento concursal. El siguiente paso es llegar a un acuerdo con los acreedores para rebajar lo máximo posible la deuda de la compañía, que asciende a 3.644 millones de euros.

Pescanova es, según últimos datos, el cuarto grupo pesquero a nivel mundial, actualmente con una deuda de 3.644,6 millones de euros y un déficit patrimonial de 1.667 millones.

La empresa pesquera, en el marco de las negociaciones con los acreedores, debe ahora intentar rebajar la deuda para hacer viable la compañía. Las opciones que se plantean son una quita sobre la deuda y una capitalización de parte de la deuda de los acreedores.

Sin embargo, una parte de la banca española, formada por Sabadell, Popular, Caixabank, NCG Banco, Bankia, BBVA y Santander (que ostentan una deuda de más de 1.000 millones de euros), ya ha revelado que no quiere una quita, y pretende canjear la deuda por acciones de la multinacional, es decir, pretende convertir su deuda en capital de Pescanova, pasando los bancos a formar parte de los accionistas de la compañía.

El nuevo presidente del consejo de administración de Pescanova, Juan Manuel Urgoiti, elegido el 12 de Septiembre, será el encargado de negociar con la banca española. Además, como tareas pendientes, el nuevo equipo tendrá la responsabilidad de aprobar las cuentas del último trimestre de 2012, así como el informe anual de gobierno corporativo, que se hará «antes de final de año», según declaraciones del propio Urgoiti.

Para poder hacer frente al déficit patrimonial, Pescanova debe recapitalizarse. A través de una operación acordeón, el capital de la compañía quedaría reducido a cero. Posteriormente a la operación, con la suscripción del nuevo capital social, tanto la banca española como los bonistas privados, que ostentaría una deuda de 349 millones de euros, quedarían entre los máximos accionistas.

El Grupo Damm es uno de los mayores acreedores de Pescanova, habiendo suscrito bonos de la compañía por importe de 40 millones en el año 2012. En el caso de que uno de los actuales socios quiera continuar en el capital de la compañía, debería aportar bienes para la suscripción de los nuevos títulos.

Fuente: La opinión A Coruña